La Casa – Torre Etxebestenea, conocida también como Torre de Palencia, fue construida en el siglo XII como parte de la fortificación de Hondarribia, siendo uno de los edificios más antiguos del municipio. La casa fue en tiempos primer centinela de la ciudad, y es que desde su torre se divisa por completo la vega del río Bidasoa y la sierra de Peñas de Aia. Una ubicación muy estratégica para la defensa contra los constantes ataques del enemigo.
Entre finales del siglo XV y principios del XVI, tras innumerables asedios por parte de las fuerzas francesas, su batería de cañones fue derribada y el edificio fue sometido a una importante reforma que le dio el aspecto que conserva hasta día de hoy.
Fue en el siglo XVI cuando un integrante de la familia de Los Palencia, Bernardo de Rojas y Sandoval, Marqués de Denia, se asentó en Hondarribia y adquirió la casa – torre que adquirió desde entonces el estatus de Casa Palacio.
Fruto del matrimonio entre Bernardo de Rojas y Sandoval y su esposa Dominga de Alzega vasca de nacimiento, vino al mundo el 24 de Julio de 1.502 Cristóbal Rojas y Sandoval, que tras ser obispo de Oviedo y Badajoz entre otros, llegó a ser Arzobispo de Sevilla. En su honor la hermosa plaza en la que se ubica nuestro hotel se conoce como la Plaza del Obispo.
La Casa Palacio ha estado vacía a lo largo de muchísimos años hasta iniciar en 1990 su andadura como Hotel y Restaurante, actividad que deseamos mantener y perfeccionar con el paso del tiempo.
Con su estructura original de madera de roble y muros de más de 1,50m de grosor de mampostería es uno de los ejemplos mejor conservados de la provincia en cuanto a casas torre medievales se refiere, estando conectado con el Baluarte de San Felipe desde el siglo XII.
Las ventanas ojivales recuerdan a un convento medieval y sus almenas a su origen defensivo y de torre de vigilancia contra los asedios. La fachada se cierra por completo a la parte que mira al país vecino, para protegerse así de los cañonazos de los invasores.
El escudo de la familia Alzega y Palencia, madre y padre del Arzobispo Cristóbal Rojas y Sandoval, se alza en uno de los ángulos del palacio que mira hacia la Plaza del Obispo, imponente, como blasón importante de la ciudad.
Se trata de un gran blasón rodeado de guirnaldas vegetales en cuyo centro dos enamorados sostienen el escudo familiar dividido en ocho cuarterones. En el primero de ellos se representan dos jabalíes, a su lado las conchas de Santiago. En la siguiente fila encontramos 3 estrellas de 8 puntas y a su lado una torre almenada. Bajo éstas otra torre, ésta coronada por un hombre mutilado que alza el estandarte de la rendición y a su derecha un caldero de cocina que representa a la familia materna, los Alzega. La base la componen tres cabezas de decapitados y a su derecha ondas de río serpenteantes.
